Esta semana celebramos la Semana de la Salud, y es una oportunidad perfecta para reflexionar sobre la salud y el bienestar.
Cuando pensamos en salud, probablemente lo primero que se nos viene a la cabeza es ponernos las zapatillas de deporte y salir a correr (o, al menos, pensar en hacerlo desde el sofá). Pero ¿sabías que la salud va mucho más allá de tener músculos definidos o aguantar una maratón?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud se define como un “completo estado de bienestar físico, mental y social”, es decir, mucho más que no tener fiebre o resfriado. Así que sí, aunque ejercitar nuestro físico es esencial, no olvidemos darle atención también a nuestra mente (y no solo cuando nos olvidamos de las llaves de casa por quinta vez en una semana).
De hecho, cuidar y ejercitar nuestra mente tiene implicaciones profundas en nuestra salud física y la prevención de enfermedades como el Alzheimer, la demencia o el Parkinson e incluso la hipertensión, la diabetes o enfermedades cardiacas. Por eso, igual que hacemos sentadillas para cuidar nuestras piernas, también necesitamos darle “gimnasia” a nuestro cerebro: resolver acertijos, aprender un idioma (aunque solo logres decir “Bonjour” y “croissant”) o retar a tu cerebro con pequeños desafíos cotidianos. El bienestar real es un equilibrio armónico entre cuerpo y mente, trabajando en conjunto para alcanzar una vida más plena y saludable.
En el artículo de hoy, exploraremos diversas técnicas, hábitos y actividades que ayudan a mantener nuestra mente sana y activa, promoviendo así una vida longeva, plena y de calidad.
Ejercicios para ejercitar la mente 
Existen múltiples técnicas y actividades que ayudan a estimular y fortalecer la mente. Algunos ejemplos son:
- Juegos de lógica como el ajedrez o los rompecabezas, y la resolución de crucigramas y sudokus.
- Ejercicios de memoria como memorizar poemas o listas de elementos.
- Actividades creativas como dibujar, pintar o escribir.
- Aprender algo nuevo como un idioma, tocar un instrumento o una habilidad manual.
- Actividad física como el baile, que combina ejercicio físico, coordinación y memoria, estimulando múltiples áreas del cerebro simultáneamente.
Nunca es tarde para comenzar a ejercitar nuestra mente. Sin importar la edad, iniciar hoy mismo con alguna actividad intelectual nueva puede brindar grandes beneficios y mejorar nuestra calidad de vida en el futuro.
Hábitos cotidianos para cuidar tu mente
Cuidar nuestra mente no solo depende de realizar ejercicios específicos ocasionalmente, sino también de integrar hábitos saludables en nuestra rutina diaria.
Recomendaciones
¿No sabes cómo ni por dónde empezar? Volver a ejercitar la mente puede resultar una tarea complicada, pero, sin embargo, es mucho más sencillo de lo que crees. Te proponemos:
- Tomar conciencia: Entiende que ejercitar la mente es tan importante como el ejercicio físico y que cuidar el cerebro es cuidar nuestra salud integral.
- Probar distintas actividades: Encuentra una actividad que realmente disfrutes. Desde rompecabezas y cubos de Rubik hasta deportes como el pádel, que requieren coordinación y reflejos. Incluso la tecnología, bien utilizada, puede ser una gran aliada. Los videojuegos estratégicos, los juegos de memoria y los ejercicios de atención pueden ayudar a mejorar la creatividad, la memoria y el aprendizaje.
- Incorpora unos 15 minutos de estas actividades al día y crea un hábito.
Si estas recomendaciones te llegan a resultar al principio complicadas, puedes empezar con pequeñas acciones en tu día a día. Por ejemplo, memoriza el teléfono de tus personas más cercanas y cada vez que las llames, intenta hacerlo de memoria. Pequeños gestos te harán empezar a crear poco a poco hábitos para ejercitar tu mente.
Alcanzar un equilibrio óptimo entre la salud mental y física implica asumir un enfoque integral y constante. Para ello, es recomendable incluir en nuestra rutina diaria actividades que estimulen intelectualmente nuestra mente y hábitos que favorezcan nuestro bienestar emocional y físico.
No olvidemos que el bienestar es un proceso continuo y dinámico; por eso, es fundamental mantenernos atentos a las señales que nuestro cuerpo y mente nos envían, adaptándonos y ajustando nuestros hábitos según nuestras necesidades. Recordemos que una mente activa, combinada con un cuerpo saludable, es la clave para una vida más satisfactoria, plena y saludable.
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